Valaquia: Cuna del monstruo
Por entontes, Valaquia era un territorio agreste, montañoso, de abundantes y tupidos bosques, que estaba pasando por cierto florecimiento económico gracias a sus recursos naturales (oro, plata, sal, madera) y, sobre todo, a su posición estratégica en la ruta comercial del Danubio. Toda mercancía que se transportase de la Europa cristina al imperio otomano por esta concurrida vía fluvial pasaba por Valaquia y eso significa impuestos, almacenes, mercados, etcétera.
El territorio estaba salpicado de pequeñas aldeas y unas pocas ciudades importantes, entre las que destacaban Bucarest, Târgoviste, Balsea, Bràlia y la fortaleza de Giurgiu.
Se calcula que en Valaquia vivían entre 300.000 y medio millón de habitantes. La mayor parte se dedicaba a la agricultura y la ganadería, aunque también había comerciantes, artesanos, eclesiásticos y, claro está, guerreros, tanto mercenarios como nobles sin mayor preocupación que luchar.
Valaquia se sitúa al norte del Danubio y al sur de los Montes Cárpatos. El Danubio separa Valaquia de Bulgaria. Los Cárpatos meridionales o montes Bucegi cubren todo el norte de la región con sus contrafuertes separando a Valaquia de Transilvania. Está formada por la unión de dos subregiones, Oltenia o Valaquia Menor, al oeste, y Muntenia o Gran Valaquia, al este, separadas por el río Olt.
Cuando esta área tenía independencia política, estaba rodeada por el Imperio otomano al sur, Transilvania al noroeste y Moldavia al noreste. Las ciudades principales, aparte de Bucarest, son Brăila, importante puerto del Danubio, Giurgiu, Focşani, Ploieşti y Craiova.
La distribución de las regiones de Rumania han variado de la siguiente forma: